Qué son los metales preciosos
Los metales preciosos son un grupo reducido de elementos metálicos que destacan por su rareza en la naturaleza, su resistencia a la corrosión y oxidación, y su brillo característico. Estos atributos, junto con su maleabilidad y conductividad, los hacen ideales no solo para la economía (como reserva de valor y monedas), sino también para la fabricación de joyas de alta calidad.
Principales metales preciosos en joyería
Oro (Au)
El más utilizado en joyería.
Es extremadamente maleable (puede convertirse en láminas o hilos muy finos).
No se oxida, conserva su brillo indefinidamente.
Se mezcla con otros metales (aleaciones) para darle mayor dureza y modificar su color (amarillo, blanco, rosado).
Plata (Ag)
Es el metal con mayor conductividad térmica y eléctrica.
Muy apreciada por su brillo blanco intenso.
Más accesible que el oro, pero menos resistente a la oxidación (tiende a ennegrecerse con el azufre del aire).
Ampliamente utilizada en joyas de moda y accesorios de lujo.
Platino (Pt)
Más denso y raro que el oro.
De color blanco natural, no se altera con el paso del tiempo.
Altamente resistente, lo que lo hace perfecto para monturas de piedras preciosas (diamantes, esmeraldas, etc.).
Debido a su rareza, suele estar asociado a joyería de lujo.
Paladio (Pd)
Perteneciente al grupo del platino.
Ligero y naturalmente blanco, se usa como alternativa más accesible al platino.
Se emplea también en aleaciones para oro blanco de alta calidad.
Por qué tienen alto valor
Rareza y escasez: la extracción de estos metales es limitada, lo que restringe su oferta mundial.
Durabilidad: son metales que no se oxidan ni se deterioran fácilmente, conservando su aspecto durante generaciones.
Propiedades únicas: brillo, maleabilidad, ductilidad y resistencia que los hacen insustituibles en joyería fina.
Valor cultural e histórico: desde la antigüedad han simbolizado riqueza, poder y estatus.
Reserva de valor: funcionan como activos financieros seguros frente a crisis económicas.
En resumen: Los metales preciosos como el oro, plata, platino y paladio son esenciales en joyería por su belleza, resistencia y rareza. Su alto valor no solo responde a la dificultad de obtenerlos, sino también al prestigio y durabilidad que otorgan a las piezas fabricadas con ellos.